"La educación tiene sentido porque el mundo no es necesariamente esto o aquello, porque los seres humanos son proyectos y, a la vez pueden tener proyectos para el mundo. La educación tiene sentido porque las mujeres y los hombres han aprendido que, aprendiendo, se hacen y se rehacen, porque las mujeres y los hombres han sido capaces de saber, de saber que saben, de saber que no saben, de saber mejor lo que ya saben, de saber lo que aún no saben. La educación tiene sentido porque para ser, las mujeres y los hombres necesitan estar siendo." PAULO FREIRE
La imagen puede contener: texto

miércoles, 8 de mayo de 2013

EN UN PLANETA DESCONOCIDO - ÁLVARO



EN UN PLANETA DESCONOCID   .

Había una vez un niño llamado Juan de 12 años que de mayor quería ser astronauta. Por casualidad Juan vivía cerca de una central espacial y encima su padre era astronauta. Un día el padre de Juan le llevó a donde trabajaba. Entonces, cuando llegaron Juan quería ir al servicio pero había una puerta muy extraña y Juan nunca leía lo que ponía en las puertas o en los carteles antes de entrar a algún sitio. Entonces, como no leyó lo que ponía en la puerta pues se metió sin querer en una nave que estaba a punto de despegar. La nave despegó, y como Juan era despistado seguía en la nave y justo abrió la puerta y se pegó tal susto que no había pasado ni un segundo y ya la había cerrado.
Juan se dio cuenta de que estaba en una nave cuando de repente empezó a flotar así que fue a ver quien conducía la nave y vio a un chico y una chica. Se llamaban Peter y Mercedes. Juan se quedó callado unos segundos y luego dijo:
-Hola.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Que hace un niño aquí! -Gritaron Peter y Mercedes asustados.
-No me llamo niño, me llamo Juan.
-¿Cómo has llegado hasta aquí? -Preguntó Mercedes impresionada.
-Creía que esto era un baño, ya decía yo que donde estaba el retrete.
-¡Te dije que no pusiésemos ese cartel con decorado porque así nadie lo iba a leer! -Exclamó Peter enfadado.
Peter se tranquilizó y mandó a Juan a ponerse el traje espacial. Estaron un rato tranquilos y de repente empezó a sonar la alerta de asteroide.
-Es tan grande como la Luna. –Argumentó Peter impresionado.
-¡Como mola! –Exclamó  Juan.
Intentaron salir a toda velocidad de allí pero el esteroide era demasiado grande para que pudiesen salir a tiempo. Por suerte el asteroide les golpeo el motor. Empezaron a dar vueltas y vueltas y se metieron en un agujero negro.
Se despertaron unas horas después en un planeta desconocido, en otra galaxia, había humo, polvo rojo y montes por todos lados. Salieron de la nave y el suelo estaba ardiendo y vieron un monte muy bajito que echaba humo. Subieron al montecito y cada vez empezaba a hacer más calor. De repente empezó a temblar el suelo y ¡Boooooom! Había lava y rocas por todas pares.
-¡Correeeeeeeeeeeeeed! -Exclamó Peter asustado.

Se montaron en el coche lunar y salieron de ahí pitando. Cuando llegaron a donde estaba la nave calcularon que la lava iba a tardar en llegar a donde estaban 24 horas. Se pusieron a trabajar.
-¡Vamos, a arreglar la nave que queda poco tiempo! -Exclamó Mercedes.
-Eso Peter que tú no has hecho nada. -Argumentó Juan.
-Oye, que yo os he sacado de ese infierno en llamas.
Tardaron 23 horas en arreglar la nave y cuando iba a llegar la lava se montaron en la nave y salieron pitando. Cuando iban a meterse en el agujero el planeta explotó en mil pedacitos y menos mal que no les alcanzó ninguno.
Al final llegaron al planeta Tierra sanos y salvos y fueron la noticia durante una semana pero el pobre Juan se llevó un regañina por meterse en una nave espacial, vamos, una buena regañina.
                   FIN

1 comentario: