"La educación tiene sentido porque el mundo no es necesariamente esto o aquello, porque los seres humanos son proyectos y, a la vez pueden tener proyectos para el mundo. La educación tiene sentido porque las mujeres y los hombres han aprendido que, aprendiendo, se hacen y se rehacen, porque las mujeres y los hombres han sido capaces de saber, de saber que saben, de saber que no saben, de saber mejor lo que ya saben, de saber lo que aún no saben. La educación tiene sentido porque para ser, las mujeres y los hombres necesitan estar siendo." PAULO FREIRE
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sábado, 27 de octubre de 2012

EL MUNDO DE HALLOWEEN.27/10/12 MIGUEL A.

            El mundo de  halloween.                                                                                                                                                                                                                                                   Erase una vez un mundo que todos eran monstruos, yo era la  muerte, estos eran mis amigos Luis el hombre lobo, Joel el vampiro, Álvaro el zombi y Raúl el kappa. Nosotros íbamos  a la escuela de monstruos, Marisol la reina de los monstruos nos enseñaban a asustar, cuando nos toco la prueba de asustar a los niños normales cada uno nos fuimos a asustar a un niño. Primero Luis intento asustar a niño, el niño dijo ¡Mama mama un perrito! ¡Nos lo podemos quedar! No hijo es un desgraciado. Luis se quedo sorprendido. Después le toco a Álvaro asustar a una niño en el tobogán del parque, Álvaro le cogió y el niño dijo ¡Mama me secuestra un hombre malo! La madre vino y le dio una torta! Álvaro se quedo como Luis. Le tocaba a Joel que le toco asustar a una adolecente que cuidaba los animales en extinción. Se encontró a Joel y dijo ¡Es un murciélago gigante en extinción! ¡Lo llevare a un zoológico para que lo cuiden! A Joel le paso lo mismo que Álvaro y Luis. Le tocaba a Raúl asustar a unos niños cazando ranas. Los niños dijeron ¡Una rana gigante! ¡Papa nos la cazas! Lo malo es que el padre era boxeador profesional y Raúl acabo muy mal. Me tocaba a mí asustar a un granjero, pero el granjero pensó que era un espantapájaros y me tuve que poner a espantar a los pájaros. Todos acabamos, sobre todo Raúl que se lo iban a comer de cena. FIN.          

 

                                                                                                                                                                                        

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